A menudo tenemos un concepto errado de la palabra “individualismo”, es tomada casi como un insulto. Consideremos el individualismo no como una actitud antisocial ni mucho menos una actitud antipolítica.
El individualismo es una forma de comprender y colaborar con la sociedad, también es una forma de intervenir en la política, es todo lo contrario a querer creerse fuera de ella y desentenderse.
Nosotros como individuos, tenemos dos modos de formar parte de los distintos grupos sociales, podemos pertenecer al grupo, o participar de él, estas dos modos tienen bastantes diferencias, en el primer caso procuramos una especie de incondicionalidad al grupo del cual formamos parte, como al ser seguidor del algún equipo deportivo, formar parte de alguna tribu urbana, grupo de amigos e incluso nuestra propia familia, lo cierto es que adoptamos características similares a las de nuestros pares y de algún modo buscamos algo de aceptación; y el segundo caso en el cual participamos de una colectividad se da de forma voluntaria y libre, el individuo participa de un grupo porque quiere y mientras quieres , aquí se encuentra la gran diferencia entre ambos conceptos.
Sin embargo todos los individuos tenemos necesidad en algún momento de “sentirnos parte de…” esto nos define, nos estabiliza, de vez en cuando es importante sentirse en casa, pero también es de suma importancia para nosotros como individuos sentirnos participando voluntaria y críticamente dentro de un grupo, de este modo conservamos nuestra propia personalidad y no dejamos que el conjunto se nos imponga.
De todos modos no podemos dejar de mencionar lo obvio, ambos modos realizados de manera excesiva no pueden acarrear nada bueno, primero el ser parte de algún grupo puede ocasionar fanatismo y la participación mal entendida, la insolidaridad.
Desde mi perspectiva los más cuerdo y prudente que podemos hacer, es mantener un equilibrio entre ambos (y con esto no digo que sea fácil), pero vale la pena hacer el intento, después de todo por muy individuos que seamos, al fin y al cabo formamos parte de una sociedad, entonces para finalizar la idea no podemos decir otra cosa que:
¡Todos para uno y uno para todos!
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